Jardinero de toda la vida en Badajoz
Julio Palomo Indias, maestro jardinero en los jardines de la Ciudad, se jubila recordando el parque de su infancia: Castelar
Tras 46 años trabajando en los jardines de la ciudad, Julio Palomo Indias se jubila. «Entré como jardinero, oficial jardinero y pasé a maestro de arbolado urbano. Ha habido mucha falta de personal y mi jefe me ascendió en Castelar. Hasta ahora he sido el responsable del sector, que abarca también San Francisco, el parque Infantil y el entorno».
¿Se parece el Castelar de hoy al de sus inicios?
«Esa zona era un viverillo de plantas, allí había un invernadero de cristal, ahí hacíamos una lumbre todas las mañanas hasta que se secaban por eso. Aquí hemos pasado etapas muy desagradables. Hasta hemos encontrado a todos los patos muertos, que los habían colgado y cortado el cuello. Eso fue en los años 90 y había cosas horrorosas.»
¿En qué nota el cambio?
«Ahora siembras una planta y se automatiza todo. Antes todo era manual, y la mirabas todos los días. Ese ciprés de la puerta lo sembré yo; esa encina, estando yo de peón, me dijo mi jefe que la sembrara. Esos liquidámbares de ahí también los puse yo…»
«Hubo una época, en los 80, que se metían a pincharse en el muro que había en Castelar. Cualquier cosa que limpiáramos estaba llena de jeringuillas. Esa pared era un peligro para los niños y para nosotros.»
¿Por qué La Legión está abandonado y Castelar tan bien?
«Empecé a trabajar en 1978, con 19 años, porque mi madre me animó. No le gustaba la vida que estaba cogiendo ni mis amistades. Al principio me fui muchas veces cabreado a mi casa. Pero me acogieron bien y me enseñaron todo de la jardinería de entonces, que era manual. Había gente como Pedro Figura y Manolo Crespo, que fueron jardineros antológicos. Badajoz es una ciudad árabe, y por eso hay tantas mujeres guapas, y esta gente se ha involucrado mucho. Hay gente joven que se interesa por las cosas antiguas de la ciudad y por recuperarlas.»
¿Por qué se hizo jardinero municipal?
«Entré, venía nervioso. Pero me acogieron bien y me enseñaron todo de la jardinería de entonces, que era manual. Había gente como Pedro Figura y Manolo Crespo, que fueron jardineros antológicos. Badajoz es una ciudad árabe, y por eso hay tantas mujeres guapas, y esta gente se ha involucrado mucho. Hay gente joven que se interesa por las cosas antiguas de la ciudad y por recuperarlas.»
«Miguel Celdrán nos dio una importancia que nadie nos ha dado. Nos invitaba a comer a las ventas de la carretera de Valverde. Si estábamos trabajando y nos veía, nos invitaba a todos a un café. Lo hemos pasado estupendamente entre el olor y el sonido del agua.»
Ha habido también mucho vandalismo en los jardines
«Hubo un tiempo que se llevaban los aspersores y los jardines se secaban por eso. Aquí hemos pasado etapas muy desagradables. Hasta hemos encontrado a todos los patos muertos, que los habían colgado y cortado el cuello. Eso fue en los años 90 y había cosas horrorosas.»
¿Ahora hay más concienciación ciudadana?
«La gente ha cambiado para bien. Rafael se preocupa de recuperar Castelar y busca fotos antiguas. Fermín es otro maestro, que se ha ido encargado de las fuentes, que siempre se ha involucrado mucho. Hay gente joven que se interesa por las cosas antiguas de la ciudad y por recuperarlas.»
«Tengo un recuerdo entrañable. Aun hoy, con 65 años cumplidos, es raro el día que este pacense no ande por sus senderos. Aquí todo el que trabaja es un profesional, como Rafael Ibáñez, que es maestro y ha recuperado la fuente.»
cía constantemente. Porque él reconocía el valor de nuestro trabajo y que no éramos conflictivos. Todo lo que pedí a Alejandro Ramírez del Molino, nos lo dio. Y a Cristina Suárez Bárcenas, también. Al principio no teníamos ni herramientas. Una vez, Montesiños vino a darnos un discursobronca y decía que trabajáramos más. Y nos quedamos… Le tuvimos que preguntar cómo, si no teníamos herramientas. José Gómez Tejedor, concejal del PSOE, nos valoró mucho también, pero lo quitaron.
¿Cuál es el árbol que va mejor en Badajoz?
El celtis australis, que se adapta al clima y da sombra. Habría que reestructurar el arbolado urbano porque parece que Badajoz tiene muchos árboles, pero no es así. En Texas, que yo leía mucho, un hombre dijo que si se plantaban árboles se podía reducir la temperatura hasta en diez grados. Lo trataron por loco, pero después comprobaron que era verdad. Hay que poner árboles adecuados a cada sitio y tener en cuenta que el árbol es un ser vivo. Si se pone un semáforo, se tiene que poner delante del árbol, y no destrozar para tener que cortar el árbol. Esas cosas hoy ya no se hacen, pero se han hecho.
¿Qué árbol no va bien?
Quitaba todos los plataneros de la ciudad. Florecen en primavera, pero en cuanto cae una gota de agua se caen todas las hojas. Y además ahora no te puedes acercar a uno porque dan alergia. Hay árboles que son incomprensibles en Badajoz. En cambio, el cinamomo va bien. Dicen que levanta las aceras, y eso es porque se riegan por encima. Si el riego se metiera en profundidad, las raíces se irían abajo y no romperían las aceras. Son pocos los árboles que se adaptan al calor. Y tanto el celtis, que hay muchos en la carretera de Olivenza, como el cinamomo van bien.
¿Es lógico que el corredor verde de la calle Stadium no tenga árboles?
No sé si a la gente le gusta más mirar la muralla que los árboles. Yo creo que gustan más los árboles, la sombra y poder sentarse debajo.
Usted ha sido también muy conocido por su papel de sindicalista de CSIF en el Ayuntamiento y ha logrado acuerdos.
No le doy importancia. Yo estuve en el hospicio, que decían que eran muy malos… y si hoy me encontrara a alguno de los franquistas de allí tendría yo un problema gordo. Pero al resto, la mayoría, eran personas normales que entendían que estábamos allí por necesidad. Porque nuestro padre había muerto, porque no teníamos dinero…, pero la gente no era mala. A mí me queda la cosa de que me han dado todo, sin que uno haya formado allí. Fue allí donde aprendí a ayudar a los jardineros. «Soy sindicalista»… no sé. Lo que he hecho, lo he hecho para defender a los jardineros. Fui sindicalista en el hospicio. Pero me gusta ayudar a la gente.