La devoción mariana en La Codosera: Un reconocimiento que marca la historia
En la pequeña localidad de La Codosera, situada en la provincia de Badajoz, Extremadura, la devoción a la Virgen María ha alcanzado una nueva dimensión. Tras décadas de investigación y análisis, la Iglesia Católica, a través del prefecto de la Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández, ha emitido el tan esperado «nihil obstat» respecto a las apariciones marianas de 1945. Este reconocimiento oficial avala como milagrosos los sucesos que ocurrieron en ese año, cuando varias niñas, entre ellas Marcelina Barroso, experimentaron visiones de la Virgen en un contexto marcado por la dura posguerra. Este acontecimiento, sin precedentes en la región, sitúa a La Codosera y su Santuario de Chandavila en el mapa internacional de lugares sagrados, atrayendo cada vez más fieles y peregrinos desde diferentes partes del mundo.
El valor del «nihil obstat»: Un sello de autenticidad
El «nihil obstat», que literalmente significa «nada impide», es una expresión utilizada por la Iglesia Católica para señalar que no existe ninguna objeción a la autenticidad de un fenómeno religioso. En el caso de La Codosera, este reconocimiento llega después de casi un siglo de investigaciones. Durante años, los eventos de 1945 fueron objeto de análisis por parte de teólogos y expertos, quienes evaluaron los testimonios de las niñas que afirmaban haber visto a la Virgen María. Marcelina Barroso, con solo 10 años en ese momento, fue una de las principales protagonistas de las apariciones. Según los relatos, la Virgen se le apareció en varias ocasiones, transmitiéndole mensajes de paz y perdón en medio de un país devastado por la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial.
El prefecto de la Doctrina de la Fe comunicó este fallo al arzobispo de Mérida-Badajoz, José Rodríguez Carballo, marcando un hito en la historia de la localidad y consolidando su relevancia espiritual. La aprobación de las apariciones de La Codosera coloca a esta pequeña población en la misma categoría que otros importantes centros de devoción mariana, como Lourdes en Francia y Fátima en Portugal.
El Santuario de Chandavila: Un centro de peregrinación creciente
El epicentro de esta creciente devoción es el Santuario de Chandavila, que ha sido un lugar de veneración a Nuestra Señora de los Dolores desde hace más de ochenta años. A lo largo de las décadas, el santuario ha sido visitado por miles de fieles, tanto de España como de Portugal, dada su cercanía a la frontera entre ambos países. Sin embargo, con el reconocimiento del Vaticano, el número de peregrinos se espera que aumente exponencialmente. Este santuario se ha convertido en un símbolo de fe y esperanza para muchos, y se prevé que juegue un papel aún más relevante en la vida espiritual de la región.
El Santuario de Chandavila también ha sido testigo de numerosos testimonios de curaciones milagrosas. Durante las apariciones de 1945, se reportaron casos en los que personas mudas recuperaron el habla y paralíticos comenzaron a caminar. Estos fenómenos extraordinarios contribuyeron a que las apariciones adquirieran gran notoriedad, y muchos de los fieles que acuden al santuario lo hacen con la esperanza de encontrar consuelo espiritual y, en algunos casos, una intervención divina en sus vidas.
Un evento que unirá a España y Portugal
El próximo 15 de diciembre, coincidiendo con la festividad de Nuestra Señora de los Dolores, se llevará a cabo una eucaristía de acción de gracias en el Santuario de Chandavila. Este evento ha generado una gran expectación tanto entre los habitantes de La Codosera como entre los fieles de otros lugares. Se espera una multitudinaria asistencia de devotos, no solo de España, sino también de Portugal, en un acto que simbolizará la unidad de ambos pueblos en torno a la fe mariana.
El párroco del santuario, Ángel Zambrano, ha expresado la alegría y el agradecimiento que sienten tanto la cofradía de la Virgen de los Dolores como todo el pueblo de La Codosera. Esta misa de acción de gracias marcará un antes y un después en la vida espiritual de la localidad, que, con el reconocimiento oficial de las apariciones, verá transformada su historia para siempre.
Los testimonios de las videntes: Marcelina Barroso y Afra Brígido
Las apariciones de 1945 tuvieron como protagonistas a varias niñas de la localidad, pero Marcelina Barroso fue la primera en recibir la visión de la Virgen. En ese momento, Marcelina era una niña alegre y despreocupada, que vivía la dura realidad de la posguerra en un pueblo fronterizo, donde el estraperlo (contrabando) era una forma de subsistencia. Según los relatos, Marcelina no era muy creyente, pero todo cambió cuando experimentó la aparición de la Virgen en Chandavila. La Virgen le transmitió mensajes de paz y perdón, y le pidió que construyera una ermita en su honor.
Otra figura clave en estos eventos fue Afra Brígido, quien también vivió experiencias místicas y recibió los estigmas, unas marcas físicas que representan las heridas de Cristo en la cruz. Afra llevó una vida discreta, dedicada a la entrega a los demás, y falleció en 2008. Sus cenizas descansan en la cripta del Santuario de Chandavila, junto a otras figuras importantes de este fenómeno, como Jenaro Lázaro Gumiel, el escultor y mecenas de la Virgen de los Dolores. La historia de Afra, marcada por el sufrimiento y la devoción, ha conmovido a muchos, y su legado espiritual sigue vivo en la comunidad.
Chandavila: Un faro de devoción en el suroeste de España
Con la oficialización de las apariciones marianas, Chandavila ha dejado de ser un lugar de devoción local para convertirse en un punto de referencia internacional. Al igual que ocurrió en Fátima, el pequeño pueblo de La Codosera ha sido testigo de un fenómeno que trasciende lo cotidiano y que, según muchos creyentes, muestra la intervención divina en la vida humana. El reconocimiento por parte de la Iglesia Católica añade un nivel de credibilidad y solemnidad a estos eventos, que hasta ahora solo eran conocidos en círculos limitados.
José Luis Olmo Berrocal, investigador local y uno de los principales estudiosos de los fenómenos milagrosos de 1945, ha sido testigo privilegiado de la evolución de esta devoción mariana. A punto de cumplir 80 años, Olmo Berrocal ha dedicado gran parte de su vida a documentar estos hechos y a mantener viva la memoria de las apariciones de Chandavila. Su trabajo ha sido fundamental para la difusión de estos acontecimientos y ha sido invitado a programas de televisión y canales de YouTube especializados en temas religiosos.
Un futuro lleno de promesas
El reconocimiento de las apariciones de La Codosera no solo marca un hito para la comunidad local, sino que también abre un nuevo capítulo en la historia de este pequeño municipio. La fe en la Virgen de los Dolores ha sido el motor que ha unido a generaciones de codoseranos, y ahora, con el aval del Vaticano, el Santuario de Chandavila se proyecta como uno de los centros de peregrinación más importantes de la región.
Con la misa de acción de gracias del 15 de diciembre, La Codosera comenzará una nueva etapa, en la que la devoción mariana atraerá a miles de personas de todo el mundo. La historia de las apariciones, con sus milagros y testimonios de fe, seguirá inspirando a todos aquellos que buscan un encuentro con lo divino en su vida diaria.