Al Mossassa y el legado árabe en Badajoz: la historia de Ibn Marwán
El mercado árabe de Al Mossassa marca anualmente en Badajoz la conmemoración de su fundación por el muladí Ibn Marwán en el año 875. Este evento, que fusiona cultura, tradición y entretenimiento, se realiza en diversos puntos históricos de la ciudad como la Plaza Alta, La Alcazaba y la Plaza de San José, recreando la atmósfera de cuando Badajoz se erigió como una ciudad clave en el occidente de Al-Ándalus.
La fundación de Badajoz y el legado de Ibn Marwán
La ciudad de Badajoz, originalmente Batalyaws, fue fundada por Ibn Marwán al-Yilliqi, un líder muladí que se rebeló contra el Emirato de Córdoba. Proveniente de una familia hispano-goda, Ibn Marwán tenía una reputación como guerrero y estratega, y se estableció en el Cerro de la Muela tras pactar con el emir Muhammad I, quien le permitió construir una fortaleza sobre un antiguo asentamiento visigodo.
Ibn Marwán, apodado «el gallego» por sus raíces cristianas, tuvo un rol decisivo en la consolidación de Badajoz como un centro de poder. Su liderazgo sobre los muladíes (musulmanes de origen cristiano) y mozárabes (cristianos en tierras musulmanas) lo llevó a crear una ciudad que rivalizaba con Mérida, la capital de la región en ese momento. De hecho, varios cronistas mencionan que Marwán aprovechó la decadencia de Mérida para refugiarse en Badajoz, donde construyó una alcazaba que posteriormente sería una de las fortificaciones más importantes de la península.
El crecimiento de Badajoz bajo el dominio árabe
Tras la fundación de Badajoz, la ciudad vivió un periodo de gran desarrollo. Ibn Marwán fortificó la urbe con una muralla que rodeaba tanto la ciudad como la alcazaba. Este recinto amurallado protegía una al-qasbah que incluía una mezquita mayor, edificios administrativos y residencias para los gobernantes. Durante los siglos posteriores, la ciudad floreció bajo el dominio árabe, especialmente bajo las taifas (pequeños reinos independientes) que surgieron tras la disolución del Califato de Córdoba en el siglo XI.
Entre los gobernantes más destacados de Badajoz en la época islámica estuvo la dinastía Aftasí, que impulsó una serie de ampliaciones y reformas en las fortificaciones, consolidando a la ciudad como una plaza fuerte estratégica. La alcazaba, hoy en día uno de los principales atractivos turísticos de Badajoz, fue ampliada y restaurada en varias ocasiones, primero por los Aftasíes y más tarde por los almorávides y almohades.
La herencia cultural de Ibn Marwán
El mercado de Al Mossassa, que se celebra en honor a Ibn Marwán, es un reflejo de la rica mezcla de culturas que caracterizó a Badajoz durante su dominio árabe. Este evento no solo recrea la vida diaria del Badajoz medieval, sino que también invita a los visitantes a explorar las tradiciones árabes a través de la gastronomía, la música, la danza y el arte. Además, las exhibiciones de cetrería y los talleres de vestimenta tradicional permiten a los participantes adentrarse en un pasado donde la ciudad fue un crisol de culturas.
Alcazaba de Badajoz, considerada una de las fortificaciones más grandes de Europa, sigue siendo un testimonio del pasado árabe de la ciudad. Sus murallas, que datan principalmente de la época almohade, sobreviven casi intactas y representan una de las mayores atracciones históricas de Badajoz.
Los turistas pueden recorrer los restos de la Torre de Espantaperros, una torre albarrana que servía de vigía, y otras estructuras que nos transportan al esplendor de al-Ándalus.
Al Mossassa no es solo una festividad, sino una ventana al pasado que nos recuerda la influencia de Ibn Marwán en la creación de una de las ciudades más importantes de Extremadura. Con actividades que conectan a los habitantes con sus raíces, este evento no solo celebra la fundación de la ciudad, sino que también revitaliza la herencia cultural que sigue viva en sus calles y monumentos.